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Kommunikation - information - relation

Comunicación – Información – Relación

Forzar, presionar, estresar y castigar suenan anticuados y pasados de moda. Ninguna de estas palabras está asociada con algo constructivo; al contrario, generan de inmediato sensaciones y pensamientos negativos cuando las oímos, las leemos o las experimentamos.
Y aun así, hay personas que utilizan estas palabras a través de sus acciones todos los días, con la intención de construir o crear algo. Para mí, eso es un misterio. En mi opinión, estas palabras destruyen lo que ya existe; definitivamente no construyen nada.

En mi mundo, no solo es importante la comunicación y la información, sino también cómo se comunica y se informa. ¿Cómo elegimos transmitir nuestro mensaje o comunicar lo que queremos decir? ¿Qué sensación quiero generar en la otra persona, ya sea en un acto de comunicación, donde siempre hay varias partes involucradas, o en un acto de información, donde simplemente se transmite un dato?

En cuanto a la comunicación, creo que lo primero que debemos preguntarnos es si realmente quiero que la otra parte me responda, es decir, que participe en la “conversación” y que esta se convierta en un verdadero diálogo. Si no es así, entonces se trata de información. Estas dos formas de intercambio suelen confundirse.

La comunicación requiere participación y respuesta. Si me comunico con mi caballo, quiero que me responda. Es decir, tiene que haber una reacción, y esa reacción siempre será la correcta en función de lo que yo haya decidido comunicar. El input genera output.

La información, en cambio, es más una notificación. En la relación con un caballo, puede ser, por ejemplo, cuando le indico que vamos a caminar por aquí y no por otro lugar. Entonces entra en juego cómo transmito esa información, para que el caballo no solo quiera seguir ese camino, sino que además lo haga con confianza.

Volviendo al tema de forzar, presionar, estresar y castigar: creo que la mayoría de quienes convivimos con caballos, en el fondo, deseamos lo mejor para ellos y queremos que la vida con nuestros caballos sea buena para todas las partes. Pero también pienso que, a veces, hacemos demasiado sin reflexionar sobre cómo transmitimos nuestro mensaje ni cuál es su propósito. Olvidamos cómo pueden interpretarse nuestras señales y qué palabras no dichas quedan flotando en el aire. ¿Cómo se percibe lo que intento comunicar? ¿Qué sensación le queda a mi interlocutor o compañero de equipo?

¿Cómo reaccionaría yo si los roles estuvieran invertidos?

(Esta entrada de blog ha sido traducida con IA. Nos esforzamos por garantizar precisión y claridad, pero algunas sutilezas pueden variar. Gracias por su comprensión.)